miércoles, 31 de octubre de 2018

Mujer de 26años con cefalea y cambios conductuales

Mujer de 26 años con cefalea y cambios conductuales.

Una mujer de 26 años de edad fue admitida en el hospital por presentar cefalea, cambios conductuales, movimientos anormales, e incapacidad para comunicarse. 

La paciente habìa estado bien, excepto por migrañas ocasionales, hasta 7 semanas antes. A partir de allí, comienza con cefalea difusa generalizada. Ésta era más intensa en la región occipital, con rigidez de nuca asociada, fonofobia, visión borrosa intermitente, nauseas y vómitos. No hubo síntomas prodrómicos o escotomas visuales, que refería asociados a sus episodios repetidos de migrañas, y además, el dolor no respondió al tratamiento habitual de sus migrañas.
Durante los siguientes 10 días, ella fue vista múltiples veces en departamentos de emergencia de otros hospitales. 

Una TAC de cerebro obtenida sin la administración de sustancia de gadolinio fue informada como cambios inflamatorios en senos maxilar izquierdo y etmoidales, siendo el resto del estudio normal.
Los medicamentos que usaba eran butalbital, oxycodona, hydrocodona, ibuprofeno, sumatriptan, indometacina, acetaminofen, y cafeína, los cuales fueron administrados, obteniéndose un alivio parcial del dolor. En la evolución aparecieron somnolencia, alteraciones del humor, alteraciones de la memoria a corto plazo, confusión, agitación, y síntomas de despersonalización.


Cinco meses y medio antes de la internación, presentó alteraciones visuales, interpretadas como alucinaciones visuales, con un aumento de la confusión.
Fue evaluada en un departamento de emergencias, donde se le realizaron análisis de laboratorio tendientes a descartar enfermedad de Lyme y sífilis, los cuales fueron negativos.

Fue admitida a un hospital psiquiátrico.
La paciente tenía antecedentes de migrañas, obesidad, asma, y alergias estacionales. Fumaba y bebía hasta seis vasos de bebidas alcohólicas los fines de semana.
Varios días antes del inicio de los síntomas, ella había concurrido a una fiesta, y había consumido cocaina, metanfetamina, éxtasis, y posiblemente salvia.
En su internación en el hospital psiquiátrico, su lenguaje, que inicialmente era fluido y apropiado, se transformó en incomprensible e incoherente; comenzó a desarrollar movimientos anormales, que incluian hiperextensión de los brazos, y movimientos de la boca. La medicación antipsicótica que se le administró incluia haloperidol, risperidona, benzotropina, lorazepan, olanzapina, ácido valproico, y quetiapina. Con toda esta medicación no mostró síntomas de mejoría. Comenzó a presentar fiebre, asociada a elevación de CPK.


El 5º día de internación fue transferida a otro hospital, con diagnóstico presuntivo de síndrome neuroléptico maligno. 

Una punción lumbar fue llevada a cabo; los resultados del análisis del líquido se muestran en la Tabla 1.














Tabla 1
Análisis del líquido cefalorraquídeo.
Clickear sobre la imagen para ampliarla.












Un test de embarazo fue negativo. Se le administró naloxona, ceftriaxona, ampicilina y aciclovir sin mejoría.
Una TAC de cerebro fue informada como normal. El siguiente día, presentó un episodio de convulsiones tónico-clónicas generalizadas, asociado a bradiacardia (30 a 39 latidos por minuto). Se intubó la tráquea y se le administró fenobarbital y fosfenitoina por vía intravenosa.
Los resultados de los tests de laboratorio se muestran en la Tabla 2 









Tabla 2. Resultados de tests hematológicos, suero y orina. 









Una nueva TAC de cerebro fue informada como sin cambios con respecto a la anterior.
Al día siguiente fue transferida a la unidad de terapia intensiva de otro hospital.
En el examen, la paciente estba intubada y sedada, y no respondía a estímulos verbales o dolorosos. Sus pupilas eran iguales y con reflejos pupilares a la luz, lentos, sin seguimiento de la mirada. Los reflejos eran positivos 3/4 en brazos y 2/4 en piernas, con un movimiento compatible con clonus en pie izquierdo; las respuestas plantares eran flexoras.
Se repitió la punción lumbar. Los resultados de la misma, así como los resultados de los análisis de laboratorio se muestran en la Tabla 1 y Tabla 2.
Una Rx de tórax se informó como consolidación focal, consistente con neumonía o atelectasia. Los resultados de un test toxicológico reveló la presencia de barbituratos, tetrahidrocanabinol, y alcohol.
El segundo día, un monitoreo electroencefalográfico fue informado como sugestivo de status epilépticus no convulsivo; más tarde, otro registro EEG, no mostró evidencias de actividad convulsiva. Una TAC de cerebro, obtenida después de la administración de material de contraste no había cambiado respecto a las anteriores. Un test en orina para metales pesados fue negativo.


Durante los siguientes 3 días, la paciente dejó de mostrar respuesta a los estímulos dolorosos, con pupilas puntiformes; no había signos de foco neurológico. Un monitoreo EEG prolongado se informó como alteraciones inespecíficas compatibles con encefalopatía tóxica o metabólica, enfermedad neurodegenerativa, o encefalopatía crónica.
El resultado de un ecocardiograma transtorácico fue normal.
Cultivos de sangre y de esputo fueron estériles; en una muestra de orina desarrollaron hongos, por lo que recibió tratamiento.
Una RMN de cerebro con angio RMN de cerebro, llevada a cabo en el día 14, no mostró anormalidades. Se le administró lorazepan y propofol para sedación; intentos de extubación provocaron estados de agitación y alteraciones del ritmo respiratorio. Entre los días 17º y 21º, en cuatro de seis hemocultivos desarrolló staphylococcus coagulasa-negativos. El ecocardiograma transesofágico mostró una fracción de eyección de 60%, una posible masa en la válvula aórtica, y una ecodensidad en la valva coronariana derecha. El régimen antibiótico se rotó a vancomicina y doxiciclina.
La paciente desarrolló diarrea; se le realizó un test para Clostridium difficile que fue negativo. Se le realizó una esofagogastroduodenoscopía, se le colocó por vía percutánea un tubo de gastrostomía para alimentación, y se le practicó una traqueostomía.
La paciente continuó estando intermitentemente febril y agitada, y su estado mental no mejoró. Siete semanas después del comienzo de los síntomas, fue transferida a la unidad de cuidados intensivos neurológicos de este hospital.
En los últimos 2 años tests para HIV habían sido informados como negativos en 2 oportunidades.
La paciente había visitado California 11 meses antes, había viajado a Nueva Inglaterra y a Florida periódicamente, y había realizado trabajos al aire libre, donde había estado expuesta a permetrina, cipermetrina, insecticida metomil, solución de ácido cítrico, y amonio anhidroso. Había estado trabajando en un depósito donde se habían visto roedores. No había estado expuesta a animales exóticos. Su padre tenía esclerosis múltiple, y ella había sido adoptada; su historia familiar era desconocida. Su abuelo materno había tenido artritis reumatoidea, y había muerto de cáncer de pulmón, su abuela materna tenía linfoma, hepatitis autoinmune, y aneurisma subaracnoideo, un tío materno había tenido parálisis cerebral y un trastorno convulsivo. La medicación de la paciente consistía en vancomicina, doxiciclina, levetiracetam, midazolan, difenhidramina, olanzapina, pantoprazol, fentanilo, oxycodona, albuterol en nebulizaciones, potasio, infusiones de Ringer, propofol, y norepinefrina (ajustadas a su hipotensión) La paciente era alérgica a las sulfas y a benztropina.
En el examen, la paciente estaba intubada; estaba alerta pero no comunicativa, e intermitentemente agitada, con flushing facial, diaforesis, y aleteo nasal. Su presión sanguínea era de 160/80 mmHg, y el pulso 115 por minuto; sus respiraciones de 18 a 22 por minuto e irregulares; su saturación de oxígeno era de 96%. El tórax estaba claro a la auscultación; había un soplo cardíaco hiperdinámico. El abdomen era el correspondiente a un obeso, y estaba blando, sin dolor ni distensión. Los ruidos intestinales estaban presentes. Los ojos de la paciente estaban abiertos, con la mirada conjugada y movimientos oculares en todas direcciones, movimientos conjugados sacádicos rápidos, más frecuentes cerca de la línea media. Ella no seguía los comandos, no hacía contacto visual, no seguía con la mirada los sonidos, ni reaccionaba a los estímulos dolorosos. Había muecas continuas con disquinesias orales, ceñimiento de la frente, elevación de las cejas, los párpados casi cerrados, y movimientos de cabeza y cuello. No había conversación fluida. Sus pupilas eran pequeñas, reactivas puntiformes; los reflejos corneales estaban intactos, y había protrusión hacia adelante de la lengua. Sus brazos no se movían espontaneamente ni en respuesta a estímulos; había movimientos espontáneos rotatorios y de flexoextensión en las piernas. Los reflejos eran vivos y simétricos, y las respuestas plantares eran flexoras. El resultado de los tests de laboratorio se muestran en la Tabla 2. Se administró propofol y dexmedetomidina por el estado de agitación, sin mejoría. Se administró fentanilo, oxycodona, y lorazepan; el propofol fue discontinuado gradualmente, agrgándose clonazepan. Su agitación desapareció.
En el tercer día, una RMN de cerebro obtenida después de la administarción de gadolinio reveló engrosamiento de la mucosa sinusal, un quiste mucoso de retención en el seno maxilar izquierdo, y una opacificación líquida parcial de las células aéreas mastoideas. El resto estaba normal. Una TAC de cerebro, obtenida antes de la administración de material de contraste, con angio TAC de cabeza y cuello, obtenida después de la administración de material de contraste, no mostró hemorragia intracraneal, con arterias carótidas, verebrales, y arterias cerbrales normales.
Una TAC de tórax, obtenida en busca de embolia pulmonar, reveló colapso completo de lóbulo inferior izquierdo, por un tapón mucoso, así como colapso parcial del lóbulo inferior derecho.
Una TAC de abdomen y pelvis, obtenida después de la administración de contraste endovenoso, reveló múltiples áreas periféricas en cuña de disminución del realce de contraste en ambos riñones que eran de tamaño normal. También reveló una lesión de 1,6 cm de diámetro en el ovario izquierdo que contenía grasa y calcificaciones, consistente con quiste dermoide.
Un ecocardiograma transtorácico y transesofágico mostró una hipertrofia ventricular izquierda. Ventrículo izquierdo hiperquinético, y derrame pleural; los resultados eran por lo dmás normales.
La electroforesis de proteínas reveló un patrón normal, y una moderada disminución de gama-globulina de 477 mg/dl (normal de 614 a 1295). No había proteínas de Bence Jones ni componente M. Otros tests de laboratorio son mostrados en la Tabla 2.
Los niveles de CPK y sus isoenzimas, troponina T, TSH, cobre, ceruloplasmina, y anticuerpos contra células de los islotes (GAD y IA-2), contra canales de potasio dependientes de voltaje, y antiperoxidasa eran normales; los resultados de los tests de anticuerpos antineuronales nucleares, y anticuerpos contra Ma2 y CV2 fueron negativos. El 5º día, una punción lumbar fue llevada a cabo. Los rsultados se muestran En la Tabla 1. En el 10º día, una ultrasonografía de pelvis reveló un foco hiperecogénico, de 1,9 cm por 2,4 cm, en el ovario izquierdo que contenía grasa y calcificaciones, consistente con quiste dermoide. Se comenzó tratamiento con metilprednisona 1000 mg/día por 5 días. Un test para HIV fue negativo.
Se llevó a cabo un procedimento diagnóstico.

Diagnóstico diferencial: 

IMÁGENES

La TAC de tórax, abdomen y pelvis muestra atelectasias del lóbulo inferior izquierdo debido a tapón mucoso, con atelectasia parcial del lóbulo inferior derecho. Hay múltiples áreas con forma de cuña de atenuación del realce en ambos riñones (Figura 1 A) Esta apariencia es más comúnmente vista en la pielonefritis. Otras posibles causas son los infartos renales o la enfermedad microvascular, así como linfoma, aunque los linfomas son menos probables, debido a que no hay adenopatías y el tamaño de los riñones es normal. El ovario izquierdo tiene una pequeña mas conteniendo grasa y calcio, consistente con quiste dermoide. (Figura 1 B). Una ecografía pélvica transvaginal muestra una mas hiperecogénica conteniendo grasa en un ovario izquierdo por otro lado normal, que es también característico con quiste dermoide de ovario. (Figura 1 C)

Figura 1. TAC de abdomen y pelvis.
Una TAC de abdomen después de la administración de material de contraste (Panel A) muestra múltiples áreas grandes, con forma de cuña, de hipo realce en ambos riñones (flecha). Una imagen de la pelvis (Panel B) muestra una masa conteniendo grasa y calcio en el ovario izquierdo (flecha), hallazgos consistentes con quiste dermoide. Una ultrasonografía transvaginal de pelvis (Panel C) muestra una masa hiperecoica (entre las flechas) correspondiente a una masa visible en la TAC en el ovario izquierdo.



Importantes hallazgos de la historia


Esta joven mujer, comenzó con cambios ominosos en el patrón de sus comunes cefaleas migrañosas. El dolor no encontraba alivio a pesar de las múltiples visitas a los departamentos de emergencias durante un período de 10 días. Somnolencia, alteraciones del humor, dificultad con la memoria de corto plazo, despersonalización, alucinaciones, lenguaje incoherente, y movimientos involuntarios.
Una variedad de psicofármacos, fallaron en aliviar sus síntomas.
La fiebre y la elevación de la CPK disparó la sospecha de síndrome neuroléptico maligno. Convulsiones tónico-clónicas con marcada bradicardia, fueron seguidas por varios días de falta de respuesta y pupilas puntiformes.
El cuadro clínico fue entonces complicado a partir de allí por infecciones y efectos colaterales de drogas, como sucede frecuentemente con este tipo de pacientes en el ámbito de cuidados intensivos.
En el ingreso al hospital, un desequilibrio autonómico fue manifestado por flushing facial, diaforesis, taquicardia, alteraciones del ritmo respiratorio, y pupilas puntiformes. La paciente tenía movimientos conjugados sacádicos agudos rápidos, muecas faciales, disquinecias orales, y rotación y flexión involuntarias de las piernas. Aunque sus ojos estaban abiertos, ella no respondía a una variedad de estímulos ambientales. Sus reflejos eran vivos, pero la respuesta plantar era flexora. El análisis del líquido cefalorraquídeo mostró un modestamente elevado nivel de proteínas, pleocitosis linfocitaria, y bandas oligoclonales. EL EEG mostró anormalidades difusas. 



Localización


El proceso era de amplia distribución aunque no difuso, con ausencia de déficits elementales, síndromes de localización cortical, signos de pares craneales, ni signos de lateralización. 
Los trastornos conductuales y de memoria implican afectación del sistema límbico, y otros signos sugieren afectación de la sustancia reticular del tronco encefálico. Esta combinación localiza el proceso al sistema límbico y al tronco cerebral, donde los cambios del humor, considerados secuenciales, las anormalidades autonómicas pueden acompañar a los trastornos posturales primitivos y trastornos del movimiento de la cara, ojos y miembros.Una enfermedad que se extienda simétricamente a través de distancias longitudinales sustanciales entre esas estructuras, sin afectar las vías de sustancia blanca vecinas debe ser altamente selectiva para neuronas que puedan ser posteriormente especificadas por sinapsis o canales.


La paciente tuvo convulsiones con bradicardia, lo cual es consistente con origen límbico, ya que esta porción de la corteza tiene el umbral convulsivo más bajo para convulsiones. El curso fluctuante de la enfermedad argumenta contra un gran número de procesos desmielinizantes, vasculares, y neoplásicos agresivos.
La información finalmente provista en la historia permite arribar a un diagnóstico específico. Aún así me permitiré evaluar algunos diagnósticos diferenciales. 


Infecciones virales:


La encefalitis límbica aguda es vista en pacientes con infección por virus del herpes simplex, pero esos pacientes tienen un inicio agudo, con fiebre, cambios conductuales, y meningismo. 
La RMN muestra inflamación, a menudo asociada a hemorragia, bilateral pero asimétrica en los lóbulos temporales, giro cingulado, ínsula, o áreas subfrontales.
El virus, usualmente no puede ser cultivado del líquido cefalorraquídeo, pero el análisis por PCR (polymerase-chain-reaction) para DNA viral es confiablemente positivo después de 2 a 3 días, y en este caso, el resultado de la PCR fue negativo.
El herpes virus humano 6 puede causar una encefalitis límbica más indolente, pero está usualmente limitado a pacientes con inmunosupresión. Ninguna de otras encefalitis virales comunes con cambios conductuales tienen un inicio gradualmente progresivo, tal como en este caso.


Enfermedades autoinmunes o síndromes vasculíticos:


En una mujer joven, el lupus eritematoso sistémico podría ser una consideración primaria en estas situaciones. 
Los síntomas neuropsiquiátricos del lupus eritematoso sistémico, con cambios conductuales y signos cognitivos, ocurren como forma de presentación en alrededor de 20% de los casos. Puede haber una variedad de trastornos de humor, y problemas cognitivos, junto a convulsiones, cefalea, coreoatetosis, stroke, mielopatía, y parálisis de pares craneales. Aunque el lupus eritematoso sistémico puede explicar las manifestaciones neuropsiquiátricas en esta paciente, como también los hallazgos normales de la RMN, y la pleocitosis en el líquido cefalorraquídeo con bandas oligoclonales, el rápido curso de los trastornos de conciencia sin signos ni síntomas de lateralización serían muy inusuales. Esta paciente no tenía manifestaciones extraneurológicas, o criterios de la enfermedad, y los tests de laboratorio tendientes a descartarla fueron negativos.

Encefalopatía de Hashimoto:


La mayoría de los pacientes con enfermedad de Hashimoto son mujeres, y los pacientes con este trastorno tienen función tiroidea normal cuando se presenta la encefalopatía. Un inicio subagudo de deterioro cognitivo con convulsiones o movimientos mioclónicos multifocales pueden llevar equivocadamente al diagnóstico de enfermedad por priones. La forma de inicio abrupta con episodos símil stroke puede iniciar la enfermedad y puede ser recurrente. Aunque los resultados de la TAC son a menudo normales, en la RMN pueden verse alteraciones de la señal en la sustancia blanca en la mitad de los pacientes. No hay usualmente pleocitosis en el líquido cefalorraquídeo, y el diagnóstico puede ser confirmado por la presencia de anticuerpos anti-tiroglobulina y anti-microsomales. 
Esta paciente no tenía antecedentes de tiroiditis ni de hipotiroidismo.
El síndrome de Sjögren puede producir pleocitosis del líquido cefalorraquídeo con bandas oligoclonales y deterioro cognitivo. En contraste con esta paciente, los pacientes con síndrome de Sjögren a menudo tienen episodios agudos de hemiplejia, ataxia, neuritis óptica, o mielopatía, la última es más consistente con lesión de sustancia blanca más que lesiones en sustancia gris. Los hallazgos no-neurológicos del síndrome de Sjögren no están presentes en este caso.


Enfermedad de Whipple:


La enfermedad de Whipple, que es causada por el bacilo Tropheryma whipplei, está usualmente asociado a dolor abdominal, diarrea, y pérdida de peso. 
Cuando el sistema nervioso es invadido , una demencia progresiva, con prominente pérdidad de memoria, convulsiones, y movimientos involuntarios faciales y oculares pueden aparecer.
Esta paciente tenía disquinesias y movimientos oculares multidireccionales, y movimientos conjugados de los ojos que parecían ser opsoclonus. En la enfermedad de Whipple el fenómeno diagnóstico es llamado mioritmia oculomasticatoria (bruscos y rápidos movimientos de contracción de la cara simultánea con movimientos convergentes de los ojos).
Los pacientes con enfermedad de Whipple no tienen una declinación tan rápida de su nivel de conciencia como tuvo esta paciente. Más aún, esta es una enfermedad varones de edad media.


Encefalitis límbica inflamatoria:
La encefalitis inflamatoria límbica autoinmune se caracteriza por desarrollo relativamente rápido (en un período de días o semanas) de dificultades con la memoria a corto plazo y síntomas psiquiátricos, similares a los que tuvo esta paciente. También se caracteriza por inflamación, usualmente centrada en la parte media de los lóbulos temporales, pero a menudo afectando el tronco cerebral, y una variedad de otras localizaciones.
La encefalitis límbica es clásicamente un síndrome paraneoplásico en el que un tumor ubicado fuera del sistema nervioso, que contiene antígenos normalmente presentes en el sistema nervioso precipita un ataque autoinmune al tejido neural.
(1)
Los autoanticuerpos pueden atacar antígenos intracelulares (anticuerpos anti-Hu, Ma2, y CV2/CRMP-5, asociados a cáncer de pequeñas células pulmonar, tumores de células germinales, y timomas) y causar la muerte celular, o pueden atacar los componentes de la membrana celular (canales de potasio disparados por voltaje, asociado con timomas, y receptores N-metil-D-aspartato) (NMDAR) asociados con teratomas) y causar pérdida reversible de la función. (2)


El hallazgo de un quiste dermoide de ovario en este caso, es pues, importante para arribar a un diagnóstico final específico. Los quistes dermoides están asociados a encefalitis límbica de varias maneras, y se asocian a anticuerpos NMDAR en sangre y líquido cefalorraquídeo. (3,4)

Los pródromos consisten en severa cefalea con rigidez de nuca y mal estado general en una mujer joven. Cambios en el humor son seguidos por trastornos del pensamiento y la ideación, lenguaje incomprensible, confusión, y alucinaciones. Hay convulsiones y disminución del nivel de conciencia. Un estado de mirada fija sin respuesta, tal como presentó esta paciente, ha sido observado; esto es llamado catatonía en los servicios de Psiquiatría, y mutismo akinético en los servicios de Neurología. Ocurren episodios de aumento del tono muscular, asociados a disquinesias faciales, y alteraciones posturales patológicas en los miembros, mimetizando el síndrome neuroléptico maligno, como en este caso. Sin tratamiento, evoluciona a fallo respiratorio y muerte.


El EEG muestra enlentecimiento difuso o actividad epileptiforme en casos de encefalitis límbica.
La RMN o el PET pueden mostrar anormalidad de la señal en la región media de los lóbulos temporales, confirmando el diagnóstico, pero tales imágenes son negativas la mayoría de los casos, como pasó en esta paciente. Las imágenes negativas o normales sirven, sin embargo, para descartar otras patologías. El líquido cefalorraquídeo muestra aumento de la celularidad, elevación de proteínas, y bandas oligoclonales, como se vió en este caso, y anticuerpos anti-NMDAR. 

La reversión de esta horrenda situación puede ocurrir con inmunoterapia, pero los resultados más dramáticos ocurren con la remoción del tumor.


El tumor contiene tejido neural primitivo, que presumiblemente provee los antígenos responsables de la presencia de anticuerpos-NMDAR. Algunos pacientes se recuperan sin tratamiento. (5) 


Dr. Sims, usted vió a esta paciente en el ingreso? Que fue lo que pensó entonces? 


Cuando la paciente arribó, nuestra primera consideración fue la de descartar una encefalitis infecciosa, particularmente una encefalitis herpética. Ella inicialmente tuvo un test positivo para el virus, que terminó siendo un resultado falso positivo.
Nosotros estuvimos desorientados, como también lo estuvo el Dr Sabin, por la discrepancia entre la severidad de los hallazgos clínicos y los resultados del laboratorio y los estudios de imágenes, así como del EEG. Rápidamente entonces, comenzamos a considerar procesos paraneoplásicos, así como una variedad de enfermedades metabólicas, y esperamos los resultados de los tests ordenados para descartar dichas patologías.

Cuál fue el procedimiento diagnóstico?

El manejo standard de un quiste dermoide ovárico es la cistectomía laparoscópica. Sin embargo, con la cistectomía, existe el riesgo de dejar algo de tejido de la pared del quiste. En vista de la inestabilidad clínica, yo quise asegurarme de no dejar restos del quiste, por lo que opté por una salpingoooforectomía laparoscópica, la cual fue llevada a cabo sin complicaciones.

Diagnóstico Clínico:
Probable encefalitis límbica paraneoplásica.



Diagnóstico del Dr Thomas D.Sabin:

Encefalitis límbica inflamatoria, asociada con teratoma ovárico conteniendo tejido neural y con anticuerpos anti-NMDAR en suero y líquido cefalorraquídeo.


Discusión patológica:

En el examen macroscópico, el ovario medía 2,8 cm, y estaba ampliamente reemplazado por una masa quística y sólida que contenía pelos, y un material amarillo caseoso. En el examen histológico, había tejido maduro derivado de las tres capas embrionarias. (Figura 2 A) El diagnóstico de teratoma quístico maduro (quiste dermoide), el más común de los tumores de ovario, da cuenta del 60% de las neoplasias benignas de ovario. (6) Los teratomas son encontrados incidentalmente; sin embargo, la torsión, infección, o la ruptura con peritonitis pueden ocurrir. Mucho más raramente, esos tumores están asociados con síndromes paraneoplásicos, incluyendo anemia hemolítica autoinmune, (7) retinopatía, (8) vasculitis urticariana inducida por ejercicio, (9) poliartritis, (10) y encefalitis límbica. (3,4) 





Figura 2. Teratoma maduro de ovario (Quiste Dermoide) y resultados de los tests para anticuerpos anti NMDAR.




Una amplia variedad de tejido maduro es identificado (Panel A, hematoxilina-eosina).
Los tejidos derivados del ectodermo incluyen piel con pelo y glándulas sebáceas (no mostradas) y abundante tejido neuroepitelial (flechas azul claro). Los elementos derivados del mesodermo incluyen cartílago (flechas azul oscuro), hueso (flecha amarilla), grasa y diente en desarrollo. Los tejidos derivados del endodermo incluyen epitelio respiratorio (flechas verdes), y glándulas seudomucinosas, así como folículos tiroideos (flecha roja). La parte de corteza de ovario no afectada es vista a la izquierda de la imagen (flecha negra). A mayor aumento (Panel A en recuadro) raras células sugestivas de neuronas pueden ser vistas en tejidos neuroepiteliales (flechas).
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Para testear anticuerpos anti receptor N-metil-D-aspartato (NMDAR), el líquido cefalorraquídeo diluido con 5% con suero de cabra (dilución 1:10) es incubado con secciones de cerebro de rata; el hallazgo de anticuerpos anti-NMDAR es mostrado por el agregado de anticuerpos antigamaglobulina humana, seguidos por marcación con inmunoperoxidasa avidina-biotina, y tinción con hematoxilina (Panel B, tinción marrón).
Hay predominante inmunomarcación del hipocampo, un área con alto nivel de expresión de NR1/NR2B heterómero de NMDAR (Panel B).
Una vista a gran aumento de alto poder de un corte (Panel B en recuadro) muestra reactividad de los anticuerpos con procesos contenidos en la capa molecular del hipocampo, adyacente a las células granulares del giro dentado.
Un cultivo de neuronas de hipocampo de rata (una neurona es mostrada en el Panel C) fue incubada con el líquido cefalorraquídeo del paciente; la unión del anticuerpo anti-NMDAR (punteado brillante) fue mostrado por el agregado de anticuerpos anti-gamaglobulina humana marcado con fluoresceina.
El análisis de anticuerpos fue llevado a cabo por Josep Dalmau, M.D., Ph.D., Department of Neurology, University of Pennsylvania.


Muestras del suero del paciente, y líquido cefalorraquídeo conteniendo anticuerpos que reaccionaron con seciones del hipocampo de rata (Figura 2B), un área de cerebro rica en heterómeros NR1/NR2B de NMDAR, se unieron a la superficie de neuronas cultivadas de hipocampo de rata (Figura 2C), y se unieron a las células embrionarias de riñón humano transfectadas con subunidades NR1 y NR2B de NMDAR. 


Esos resultados confirmaron el diagnóstico de encefalitis paraneoplásica mediada por anticuerpos anti-NMDAR asociado a teratoma ovárico. 

El rol del teratoma en estimular la producción de anticuerpos es sugerida en un estudio por la presencia de tejido neural maduro en los tumores, la demostración de la reactividad de los autoanticuerpos del paciente y los anticuerpos comerciales anti-NR2 con el teratoma, mejoramiento clínico (usualmente una recuperación completa) con una caida de el título de anticuerpos en casi todos los pacientes después de la remoción del teratoma, la muerte de 3 pacientes quienes no fueron tratados quirúrgicamente, y la recurrencia de los síntomas neurológicos asociados con la recurrencia del teratoma. (3)

Dr. Scott, puede decirnos que pasó con la paciente? 

Dentro de las 48 horas después de la operación, la paciente fue capaz de contestar preguntas básicas en forma corrrecta y escribir su nombre. Se retiró el tubo de traqueotomía el día 3. Ella hizo una continua recuperación neurológica hasta el día 6, cuando volvió a presentar un cuadro de agitación y temblor generalizado, expresó desconfianza del staff médico y de sus familiares, y tuvo alucinaciones visuales, como había ya presentado al comienzo de su enfermedad antes de comenzar el tratamiento.
Gamaglobulina (400 mg por kg de peso en dosis diarias por un período de 5 días) se le administraron en forma endovenosa, comenzando el día 10 del posoperatorio en un intento de interrumpir la encefalopatía secundaria a anticuerpos circulantes. La intensa ansiedad y la paranoia disminuyeron durante el tratamiento, y terminaron resolviéndose en forma completa pocos días después de recibir la última dosis.
Fue dada de alta a un centro de rehabilitación el día 35 de su internación.
En una visita de seguimiento a los 2 meses, la paciente estaba viviendo en su casa con sus padres. Sus amigos y familiares la describieron como “introvertida” y con desinterés por las cosas que antes le producían placer. Se quejaba de cefalea moderada y dormía 15 a 18 horas por día. Se comenzó una terapia con antidepresivos.
A los 6 meses, en otra visita de seguimiento, la paciente había vuelto a conducir y trabajaba 40 horas diarias en el mismo trabajo que tenía antes de su enfermedad.
Su afectividad habían vuelto a lo normal, pero continuaba presentando fatiga, y había aumentado 31,8 kg de peso en 4 meses entre las visitas. No tenía deterioro cognitivo. Los tests neuropsicológicos revelaron memoria intacta pero cierto grado de desatención, dificultad en el cálculo, y lentitud en el procesamiento. 




Diagnóstico anatómico: 


Encefalitis límbica paraneoplásica mediada por anticuerpos anti-NMDAR asociados a teratoma ovárico 


Anti-NMDAR antibody–mediated paraneoplastic limbic encephalitis associated with ovarian teratoma. 



Traducción de:
“A 26-Year-Old Woman with Headache and Behavioral Changes”
Thomas D. Sabin, M.D., Jeffrey A. Jednacz, M.D., and Paul N. Staats, M.D.
CASE RECORDS OF THE MASSACHUSETTS GENERAL HOSPITAL
The New England of Medicine
Volume 359:842-853. August 21, 2008. Number 8

caso clinico xxx

1º Parte: Presentación del caso

Este caso clínico será presentado en 3 entregas semanales para abrir espacio al debate en el sector COMENTARIOS.

Enfermedad actual:
Varón de 58 años, consulta por cuadro de 1 mes de evolución caracterizado por dolor abdominal epigástrico de tipo continuo, con exacerbaciones cólicas, e irradiación difusa con predominio en hipocondrio derecho, de aparición postprandial, que aumenta insidiosamente de intensidad 7/10. Se acompaña de distensión abdominal progresiva, náuseas, hiporexia, saciedad precoz y pérdida de peso (10 kg aproximadamente) del mismo tiempo de evolución.
Antecedentes personales:
• Hipertensión arterial diagnosticada hace 2 años en tratamiento con enalapril 10 mg/día.
• Apendicectomía 3 años previos.
• Fractura de arcada cigomática izquierda hace 4 años como consecuencia a un accidente en la vía pública. Como secuela presenta midriasis ocular izquierda, hiporreactiva.
• Hábitos:
- Consumo ocasional de alcohol.
- Niega tabaquismo y consumo de drogas.
Antecedentes familiares:
• Padre: Fallecido. Cirrosis alcohólica.
• Madre: Viva. Colecistectomizada.
• 6 Hermanos: Vivos. Hipertensos.
• 2 Hijos: Sanos.
Examen físico:
Impresiona moderadamente enfermo. Paciente vigil, orientado en tiempo, espacio y persona. Decúbito indiferente.

Signos vitales
:
PA: 140/80 mmHg,
FC: 92 lpm,
FR: 18 rpm,
Tº: 36.1 ºC.
Sat: 96% (FiO2 0,21%).

Talla: 
1,63 m. Peso: 65 kg.

Piel y faneras: Palidez cutáneo mucosa generalizada.

Cabeza y cuello
: Normocéfalo, cabello bien implantado. Conjuntivas rosadas, escleras blancas. Pupilas hiporreactivas, con midriasis izquierda. Movimientos oculares extrínsecos completos. Agudeza visual conservada. Campo visual por confrontación conservado. Puntos sinusales negativos. Fosas nasales permeables sin secreciones. Conducto auditivo externo permeable, sin secreciones ni otorragia. Trago negativo. Cavidad oral con piezas dentarias incompletas y prótesis dentaria, en regular estado. Lengua central y móvil. Orofaringe rosada, sin lesiones. Mucosas semihúmedas. Ganglios submaxilares palpables, no megálicos, indoloros. Cuello cilíndrico, simétrico. Adenopatías cervicales anteriores superiores palpables e indoloras. No palpo tiroides. Ingurgitación yugular 2/6 con colapso inspiratorio completo. Pulsos carotídeos simétricos, sin soplos.

Tórax
: Diámetro antero-posterior conservado, sin cicatrices. Columna sonora, sin desviaciones, indolora.

Ap. cardiovascular:
 No observo latidos patológicos. No palpo frémito. R1-R2 normofonéticos. Ritmo regular. No ausculto soplos ni R3-R4.

Ap. Respiratorio
: Respiración costo-abdominal, sin tiraje ni reclutamiento. Expansión de bases y vértices conservada. Vibraciones vocales conservadas. Sonoridad conservada, excursión de bases conservada. Murmullo vesicular disminuidos en ambas bases.

Abdomen:
 Levemente distendido. Blando, depresible, levemente doloroso a la palpación profunda con predominio en fosa ilíaca izquierda, sin defensa ni descompresión. No palpo hígado ni bazo. Timpanismo conservado. Matidez en flancos desplazable. Ruidos hidroaéreos aumentados. No ausculto soplo. Puñopercusión bilateral negativa.

Neurológico
: Funciones superiores conservadas. Sin signos meníngeos. Pares craneales conservados. Sensibilidad y motilidad conservadas. Reflejos osteotendinosos simétricos. Marcha y equilibrio conservados. Respuesta plantar flexora bilateral. Sin flapping ni rueda dentada.

Miembros:
 Tono, fuerza, trofismo y temperatura conservados. Pulsos distales conservados. Edema Godet + inframaleolar bilateral. Signos de Homans y Ollow negativos.

Examen genital: Pene sin lesiones ni secreciones. Testículos en bolsa. Se palpa a nivel testicular izquierdo superficie irregular e induración en polo inferior indolora.
Examenes complementarios al ingreso:

Laboratorio de ingreso

Electrocardiograma:
Ritmo sinusal,
regular.
FC: 75 lpm.
PR: 0.16 seg.
QRS: 0.08 seg.
QT 0.32 seg.
AQRS + 20°.
Orina completa:
Amarilla
Límpida
pH:5
Densidad: 1014 – 6
leucocitos/cpo – 2 células epiteliales / cpo.
Índices urinarios: Sodio: 64 mEq/L. Potasio: 40 mEq/L. Cloro: 57.6 mEq/L. Urea: 1846.7 mg/dL. Creatinina: 153.47 mg/dL. .
Perfil lipídico:
Colesterol total: 142 mg/dL.
HDL: 48 mg/dL.
LDL: 78 mg/dL.
Triglicéridos: 82 mg/dL.
Serologías:
HIV-VHB-VHC : no reactivas.
Radiografía de tórax frente y perfil: Índice cardiotorácico conservado.
Sin infiltrados pleuroparenquimatosos.
Fondos de sacos costofrénicos libres. (Imagen 1 y 2).
Imágenes 1 y 2: Radiografía de tórax frente y perfil: Índice cardiotorácico conservado. Sin infiltrados pleuroparenquimatosos. Fondos de sacos costofrénicos libres.
Radiografía de abdomen: Radiopacidad generalizada. Marco colónico dilatado. Impresiona nivel hidroáereo en proyección del ángulo esplénico del colon. (Imagen 3)
Imagen 3: Radiografía de abdomen frente de pie: Se observa radiopacidad generalizada. Marco colónico dilatado. Impresiona nivel hidroáereo en proyección del ángulo esplénico del colon.
Ecografía abdominal (Día 1): Hígado de forma y ecoestructura conservada, tamaño normal. Sin lesiones netas. Vesícula completamente ocupada por contenido ecogénico que no modifica características con cambios posicionales. Vía Biliar con calibre conservado. Páncreas de contorno irregular. Se observa cuerpo y cola con tamaño aumentado. Conducto de Wirsung de 4 mm. Bazo sin esplenomegalia. Riñones: ambos con ecogenicidad aumentada y con moderada dilatación pielocalicial. Moderada cantidad de líquido en cavidad abdominal.

TAC de abdomen y pelvis con contraste (Día 2):
 Abundante ascitis con extensión hacia la transcavidad de los epiplones. Hígado de pequeño tamaño siendo de forma, tamaño y situaciones habituales, con discreto trastorno perfusional post contraste endovenoso (Imagen 4). Se observa ausencia de flujo en la vena porta a nivel de su segmento inicial, con imagen de defecto de relleno central, con característica de trombosis crónica, identificándose en su topografía la presencia de estructuras vasculares con repermeabilización de la misma a nivel proximal, observándose además trombosis de la vena mesentérica superior y de la vena esplénica, con flujo laminar periférico excéntrico.
Esto se acompaña de presencia de un tejido de aspecto infiltrativo, sólido, hipovascular, a nivel retroperitoneal, que engloba a la glándula adrenal izquierda y contacte con la curvatura mayor gástrica, determinando un discreto engrosamiento parietal, contacta con la crura diafragmática izquierda, engloba al tronco celíaco y la arteria mesentérica superior, comprime y desplaza el cuerpo pancreático en el sentido anterior (Imágenes 5 y 6), asociado a discreto aumento de la densidad grasa del espacio pararrenal anterior que se acompaña además de dilatación de la vía excretora proximal, sin lograr demostrarse compromiso por infiltración de los uréteres. Se observa un franco retardo de la excreción por medio del contraste renal bilateral lo cual sugiere la afectación funcional de los mismos (Imágenes 7 y 8).
Franco retardo en la eliminación del contraste en la vía de excretora izquierda. Se identifica además un engrosamiento parietal a nivel de la vejiga, en localización posterior y lateral izquierda, de aspecto regular, hipovascular, con un espesor parietal máximo de 16 mm, asociado a una alteración de la grasa paravesical izquierda. Páncreas de características normales. Wirsung de calibre conservado. Edema parietal submucoso a nivel del estómago, fundamentalmente en la región antral, identificándose además una imagen de aspecto tabicada quística, adyacente al ciego, que se interpreta como una adherencia. Prostata y vesículas seminales normales.
Imagen 4: Tomografía de Abdomen: Se observa ascitis e hígado disminuido de tamaño.
Imágenes 5 y 6: Tomografía de Abdomen: Se observa tejido de aspecto infiltrativo, sólido, hipovascular, a nivel retroperitoneal.
Imágenes 7 y 8: Tomografía de Abdomen y Pelvis: Se observa dilatación y compresión de vías urinarias. Aorta con calcificaciones parietales.
Citofisicoquímico de líquido ascítico (día 3):
Amarillento, levemente opalescente.
Glucosa: 1.16 g/L. Proteínas: 1.46 g/L. Albúmina: 1.14 g/L. Colesterol total: 24 mg/dL. TGD: 23 mg/dL. Ácido úrico: 4.7 mg/dL. Colinesterasa: 919 UI/L. Amilasa: 156 UI/L. LDH: 114 UI/L. Bilirrubina total: 0.07 mg/dL. Bilirrubina indirecta: 0.01 mg/dL. pH 7.51. Reacción de Rivalta: +. Elementos 76/mm3.
Cultivo de líquido ascítico (día 3): sin aislamiento microbiológico.
Citología de líquido ascítico (día 3): negativo para células neoplásicas.

Marcadores tumorales (dia 4):
- CA 19.9: 3.5 U/ml (0.6- 39 U/ml)
- AFP (Alfafetoproteína): 3.8 ng/ml (0.7- 7.1 ng/ml)
- Sub β- GCH (Subunidad Beta de la Gonadotrofina Coriónica Humana): menor 1 mUI/ml.

Ecografía testicular (día 6): Testículo izquierdo: forma, tamaño y contornos conservados. Parénquima homogéneo. Epidídimo de características ecográficas conservadas. No se observa varicocele ni hidrocele. Se observa moderado varicocele. Testículo derecho: Presenta forma, tamaño y contornos conservados. Parénquima homogéneo. Epidídimo engrosado ecogénico con dos colecciones líquidas, anecoicas, de 7 y 5 mm.
Ecografía renovesical (día 6) : Ambos riñones con situación, tamaño y morfología normal. Sin imágenes de ltiasis. Moderada ectasia pielocalicial bilateral sin disminución del espesor cortical.
2º Parte: Evolución
Tras el hallazgo tomográfico de trombosis en la vena porta, mesentérica superior y esplénica se indica anticoagulación con enoxaparina.
Al descartarse proceso infeccioso asociado y sin evidencias de otra causa identificable del cuadro abdominal se comienza tratamiento con Prednisona 1 mg/Kg por diagnóstico presuntivo de fibrosis retroperitoneal.
El 12do día de internación presenta episodios de melena con caída del hematocrito. Se realiza transfusión de glóbulos rojos, plasma fresco congelado y se suspende la anticoagulación. Se procede a la realización de estudio endoscópico:

Videoendoscopía digestiva alta: (día 12): Esófago: cambio mucoso a 40 cm del ADS. Se observan cordones varicosos que desaparecen con la insuflación. A nivel de cambio mucoso, en hora 5, se observa una erosión menor de 5 mm.
Estómago: abundante edema de mucosa gástrica que distorsiona la normal anatomía y dificulta la correcta insuflación de la cavidad gástrica. A nivel de curvatura menor se observa una lesión ulcerosa de unos 20 mm, con fondo fibrinoso y edema perilesional.
Duodeno: duodenitis erosiva.
Conclusión: Esofagitis grado A. Várices esofágicas grado I. Ulcera gástrica Forrest III. Abundante edema gástrico (Imagen 9).



Imagen 9: Videoendoscopia digestiva alta: Se observa úlcera gástrica Forrest III. Abundante edema gástrico.

El paciente evoluciona estable hemodinámicamente. Sin nuevos signos de sangrado. Por lo que se continúa con su estudio.
Cistoscopia (día 18): Se observa mucosa de aspecto normal. Se obtienen muestras para biopsia sin alteraciones al examen anatomopatológico.
Colonoscopia virtual (día 19): Se observa engrosamiento parietal circunferencial, difuso del recto, en su unión con colon sigmoides que presenta escasa distensión en posición prono.
Engrosamiento difuso de la pared posterior y lateral de la vejiga.
Videocolonoscopia: (día 21): A 20 cm del margen anal se observa zona de retracción e imagen de compresión extrínseca (recto superior) (Imagen 10). Hemorroides internas.
Imagen 10:



Imagen 10: Videocolonoscopia: Se observa zona de retracción e imagen de compresión extrínseca en recto superior.
3º Parte: Discusión y resolución
 
Presentación: Dra. Pamela Dip (1).
Discusión: Dr. Matías Cúneo (1).
Anatomía Patológica: Dr. Martín Mondino (2). Dra. Susana Marquez (2), Dra. Ana Lía Nocito (2).

1) Primera Cátedra de Clínica Médica. Facultad de Ciencias Médicas. Universidad Nacional de Rosario; Servicio de Clínica Médica. Hospital provincial Centenario. Rosario. Santa Fe. Argentina. 2) Cátedra de Anatomía y Fisiología Patológica. Facultad de Ciencias Médicas. Universidad Nacional de Rosario.


3º Parte: Discusión y resolución:

Discusión del caso clínico:
Estamos frente al caso de un paciente varón de 58 años sin antecedentes de jerarquía, que consulta por cuadro de un mes de evolución caracterizado por dolor y distensión abdominal, hiporexia, nauseas, vómitos y pérdida de peso. Presentando al ingreso insuficiencia renal, ascitis y sospecha, por imágenes compatibles, de fibrosis retroperitoneal.
Objetivos:
• Replantear el diagnóstico de fibrosis retroperitoneal. Evaluar sus probables causas, metodología diagnóstica y tratamiento.
• Evaluar manifestaciones de la hipertensión portal prehepática y su relación con la ascitis.
• Interpretar la trombosis venosa del eje espleno-porto- mesentérica, evaluar causas, metodología diagnóstica y tratamiento.
• Discutir la necesidad de tratamiento anticoagulante y su momento de inicio.
La fibrosis retroperitoneal es una rara enfermedad que se caracteriza por fibrosis de los tejidos retroperitoneales, con una incidencia 1 caso por 100000 habitantes, siendo más frecuente en el sexo masculino con una relación 2/1, presentándose generalmente entre la quinta y sexta década de la vida.
Según la etiología se pueden clasificar en idiopáticas, conocidas también como enfermedad de Albarran-Ormond quien fue el primero que describió la enfermedad en 1905, que suponen el 70 por ciento de las causas, y las secundarias.

Entre las secundarias encontramos múltiples causas, entre ellas:
Drogas: derivados ergotamínicos, metisergida, bromocriptina, betabloqueantes, metildopa, hidrazalasina y AINES; infecciones principalmente tuberculosis, histoplasmosis y actinomicosis; neoplasias como sarcomas, seminomas, cáncer de ovario, linfomas de hodking no hodking, cáncer de estómago, próstata y mama, entre otros; procedimientos quirúrgicos abdominales y radioterapia.
A su vez, existe relación entre esta entidad y enfermedades autoinmunes como tiroiditis, vasculitis de mediano y pequeños vasos, espondilitis anquilosante, LES, artritis reumatoidea, glomerulonefritis asociadas a ANCA, cirrosis biliar primaria y colangitis esclerosante primaria.

Las manifestaciones clínicas varían según la etapa de presentación. En una etapa inicial suele presentar síntomas inespecíficos caracterizados por dolor abdominal, lumbar que suelen acentuarse e incrementarse con el tiempo. Otros síntomas no específicos incluyen pérdida de peso, malestar general, anorexia, claudicación, edema y hematuria. Pueden presentar síntomas secundarios a la compresión de los árboles vasculares, caracterizado por trombosis venosa profunda secundaria a obstrucción de la vena cava o venas iliacas además de isquemia intestinal debida a la compresión de vasos mesentéricos.
En etapa avanzada se puede presentar obstrucción uretral progresiva que suele evolucionar a la oliguria y la falla renal obstructiva como puede evidenciarse en las imágenes de nuestro caso.
Las alteraciones analíticas se caracterizan por aumento de los reactantes de fase aguda VES y PCR, y en un 60 por ciento suelen presentar anticuerpos antinucleares positivos.
En cuanto al estudio por imágenes, la ecografía muestra inicialmente dilatación ureteral con una masa periaórtica.

La tomografía computada (TC) es el estudio de elección, permite visualizar el grado de fibrosis y para evaluar la presencia de adenopatías y tumores. Cuando la fibrosis es de causa idiopática suele observarse una placa homogénea que envuelve a los vasos abdominales y a los órganos retroperitoneales. Cuando la masa es de causa maligna, suele desplazar a la aorta hacia adelante (signo de la aorta flotante) alejándola de la columna vertebral y lateralizar los uréteres.

Con respecto a la realización de biopsia en casos de sospecha de fibrosis retroperitoneal, no hay indicaciones precisas de su realización para confirmar el diagnóstico o descartar malignidad. Solo sería obligatoria si la localización de la masa es atípica, si la clínica o hallazgos radiológicos sugieren la presencia de una neoplasia o infección subyacente, o bien, si no presenta buena respuesta al tratamiento médico instaurado.
Nuestro paciente presenta manifestaciones clínicas compatibles con cuadros de fibrosis retroperitoneal en etapas avanzadas, presentando imágenes compatibles por medio de tomografía por lo cual considero a la fibrosis peritoneal como diagnóstico probable. La etiología de la misma fue considerada en primer lugar como idiopática, ya que presenta alteraciones analíticas caracterizada por leve aumentos de los reactantes de fase aguda, presenta imágenes compatible con lesiones de causa idiopática, no hay evidencia clínica, analítica e imagenológica de causas tumorales o infecciosas, no tiene antecedentes quirúrgicos abdominales o retroperitoneales y no consume ni consumió fármacos que puedan desarrollar este tipo de patología. En primera instancia la biopsia retroperitoneal estaría desaconsejada ya que no presenta evidencia clínica, analítica e imagenológica de un proceso infeccioso o neoplásico alguno.

Respecto a tratamiento, tiene 3 objetivos:
• Disminuir la obstrucción
• Detener el proceso fibrótico
• Evitar recaídas/recidivas

El pilar de tratamiento son los corticoides, considerándose que el 90% van a mejorar y su respuesta es relativamente rápida (semanas). Al ser una enfermedad poco frecuente no existen muchos trabajos y por lo tanto buen nivel de evidencia acerca de con qué tratar y cuánto tiempo.
Se recomienda el tratamiento con corticoides a dosis inmunosupresora por un periodo de tiempo de 8 meses. En caso de no presentar respuesta al tratamiento médico inicial se puede realizar tratamiento médico con corticoides e inmunosupresores como mofetil micofenolato por un periodo de tiempo de 24 meses.
Finalizaría estudios imagenológicos, incluyendo videocolonoscopia y cistoscopia para descartar malignidad de dichos sitios.

Sabemos que la hipertensión portal se define por un gradiente de presión venosa hepática (GPVH) mayor de 5 mmHg. Generalmente es causada por un aumento en la resistencia en el lecho vascular porta-hepático debido a la obstrucción al flujo, que está relacionada con la cirrosis en la gran mayoría de los pacientes. Sin embargo, una variedad de trastornos pueden causar hipertensión portal en ausencia de cirrosis, una condición conocida como "hipertensión portal no cirrótica."

La hipertensión portal se ha categorizado como prehepática, intrahepática, o poshepática basado en el sitio de la obstrucción al flujo sanguíneo. Las causas de la hipertensión portal intrahepática se han subdividido adicionalmente como presinusoidal, sinusoidal, o postsinusoidal sobre la base de la ubicación de la obstrucción del flujo de sangre portal en el hígado. La hipertensión portal presinusoidal es causada por la obstrucción al flujo a través del sistema venoso portal en la porción extrahepática de la vena porta (hipertensión portal extrahepática presinusoidal) o en el nivel de ramificaciones de la vena porta en el hígado (hipertensión portal intrahepática presinusoidal).

La etiología de la misma no está bien definida. Las causas que se asocian suelen ser estados de hipercoaguladibilidad por déficit del factor v de Leiden, déficit de proteína C, hiperhomocisteinemia, pancreatitis, hepatocarcinoma, cirrosis, síndrome mieloproliferativos, fibrosis retroperitoneal.
Las manifestaciones clínicas se pueden presentar mediante varices esofágicas o gástricas generalmente cuando la trombosis portal es crónica.
La esplenomegalia se presenta en el 50 por ciento de los pacientes con trombosis portal crónica.
La ascitis puede estar presente en aproximadamente el 10 por ciento de los pacientes, particularmente después de la hemorragia gastrointestinal en el que la reanimación con líquidos masiva puede conducir a hipoalbuminemia dilucional aguda.

Con respecto a las alteraciones analíticas hepáticas no suelen presentar grandes alteraciones.
Retomando el caso de nuestro paciente, presenta causa claras de hipertensión portal de causa prehepatica producida por la trombosis portal secundaria a la fibrosis retroperitoneal. Quedando alejadas las causas de hipertensión portal de causa sinusoidal o postsinusoidal considerando que el paciente no tiene antecedentes de consumo alcohol, presenta serologías virales para virus hepatitis B y C negativas y no presenta alteraciones analíticas en el hepatograma ni evidencia imagenológicas de hepatopatía crónica.
El tratamiento médico, incluye medidas higiénico-dietéticas, tratamiento con betabloqueantes para prevenir el sangrado variceal y protección gástrica. El tratamiento anticoagulante será desarrollado más adelante.
La trombosis venosa del eje espleno-porto mesentérico es una entidad de muy baja frecuencia, responsable del 5 a 10 % de la isquemia mesentérica aguda, presentando entre sus complicaciones más frecuentes la isquemia e infarto intestinal.

Las causas de trombosis venosa mesentérica se deben, a estados de hipercoagulabilidad, hipertensión portal, infecciones abdominales, traumatismos abdominales cerrados, pancreatitis, esplenectomía, tumores malignos, fibrosis retroperitoneal. Entre las manifestaciones clínicas, suele presentar una clínica subaguda caracterizada por dolor abdominal, nauseas, vómitos, hiporexia y pérdida de peso y una clínica aguda caracterizada por sangrado digestivos, inestabilidad hemodinámica y traslocación bacteriana. El diagnóstico imagenológico se puede realizar mediante TC abdominal con contraste, con una sensibilidad del 90%, permitiendo ver imágenes con engrosamiento mucoso intestinal y falta de relleno a nivel vascular.
Volviendo al caso clínico, nuestro paciente tiene una causa evidente de trombosis venosa mesentérica dado por la fibrosis retroperitoneal, y a su vez presenta una clínica de característica subaguda. A nivel tomográfico se constatan imágenes de falta de relleno vascular. Considero apropiado el diagnóstico de trombosis venosa mesentérica secundaria a la fibrosis retroperitoneal.

El tratamiento de la trombosis venosa mesentérica y del eje espleno portal según guías de tratamiento anticoagulante, se recomiendan realizar tratamiento lo más precoz posible. La recomendación de la anticoagulación se basa en que la observación de la recanalización espontanea es casi nula. En contraste una canalización parcial o completa se observa en un 40% de los casos. El objetivo de la recanalización es evitar el desarrollo de hipertensión portal y sus complicaciones entre ellas isquemia e infarto intestinal y TEP.
Se debe realizar tratamiento anticoagulante con heparina sódica o heparina de bajo peso molecular por un tiempo de 3 semanas con posterior anticoagulación vía oral por un tiempo de 4 a 6 meses. Se recomienda evaluar nuevamente con imágenes para observar la presencia de recanalización.

Ahora, en nuestro paciente que tuvo hemorragia digestiva alta, ¿Es seguro realizar tratamiento anticoagulante?
Las contraindicaciones al tratamiento anticoagulante se pueden clasificar en dos grandes grupos:
Se consideran contraindicaciones absolutas aquellas en la cuales no se debe anticoagular por el grave riesgo hemorrágico existente o relativas aquellas situaciones en las cuales la anticoagulación va a depender, en cada paciente, de la balanza entre el riesgo tromboembólico y riesgo hemorrágico. En el caso de nuestro paciente presenta una causa clara que contraindica inicialmente continuar con la anticoagulación que fue el sangrado digestivo secundario a una ulcera gástrica Forrest 3, por lo que considero apropiado haber suspendido la anticoagulación posterior al sangrado intestinal.

¿Cuándo reanudar la anticoagulación?
No existen estudios que hablen de cuando reanudar la anticoagulación en los pacientes con trombosis del eje espleno-porto-mesentérico que han presentado sangrado gastrointestinal.
Un estudio reciente en realizado en febrero del 2014 por Qureshi et al. diseñado para investigar reinstauración de anticoagulación en pacientes con fibrilación auricular (FA) y sangrado gastrointestinal mayor. El mismo evaluó a 653 pacientes con FA en tratamiento con warfarina que habían presentado sangrado gastrointestinal. Se evaluó el reinicio de la anticoagulación a los 7, 30 y 60 días posteriores al sangrado concluyendo los investigadores que reiniciar luego de los 7 días se asoció con disminución de episodios de tromboembolismo y mortalidad sin un aumento significativo en sangrado gastrointestinal recurrente en comparación con el reinicio después de 30 o 60 días.

Por lo tanto, en nuestro caso, teniendo en cuenta que el sangrado gastrointestinal se debió a una ulcera Forrest 3 con bajo riesgo de resangrado, y de los beneficios de la realización de terapia anticoagulante en estos casos considero apropiado reanudar la anticoagulación a los siete días después del sangrado gastrointestinal con las medidas adecuadas para evitar el resangrado mediante inhibidores de bomba de protones.
Conclusiones: 
Considero que la causa de fibrosis retroperitoneal sea idiopática, no realizaría biopsia inicialmente y comenzaría el tratamiento médico con corticoides.
La falla renal se interpretó de causa obstructiva secundaria a la fibrosis retroperitoneal, por lo que considero apropiado esperar la respuesta médica al tratamiento médico y si no responde a la misma, realizar la descompresión quirúrgica de la vía urinaria.
La trombosis del eje es pleno- porto- mesentérico la interpreto secundaria a la fibrosis retroperitoneal y reanudaría el tratamiento médico anticoagulante.
Con respecto a la hipertensión portal prehepática, la causa de la misma se debe a la trombosis del eje venoso secundaria a la fibrosis retroperitoneal, considerando a la ascitis secundaria a la expansión con cristaloides, en el contexto de la hemorragia digestiva.

caso clinico xxxiii

Presentación del caso clínico
Presentación caso clínico: Belén Obaid. Discusión: Melisa Realini. Autores: Walter Sacchi, Francisco Consiglio, Juan Carlos Pendino, Roberto Parodi, Alcides Greca. Primera Cátedra de Clínica Médica y Terapéutica. Facultad de Ciencias Médicas. Universidad Nacional de Rosario. Servicio de Clínica Médica. Hospital Provincial del Centenario. Rosario. Santa Fe. Argentina.

Enfermedad actual:
Paciente varón de 43 años con antecedente de infección por VIH en tratamiento antirretroviral, e infección curada por virus de hepatitis B, consulta por cuadro de 48 hs de evolución caracterizado por cianosis, palidez, parestesias y dolor en manos y pies, que empeora con la exposición al frío y mejora con el calor. Refiere de 4 días de evolución astenia, fatiga muscular, relacionada a ejercicio extremo por lo cual realizó tratamiento sintomático con analgésicos no esteroides. Niega artralgias, fiebre, antecedente de claudicación intermitente u otros síntomas acompañantes.

► Antecedentes personales:
 Infección por virus hepatitis B diagnosticado en el año 2011 en contexto de estudio por ictericia.
♦ Infección por VIH diagnosticada en el año 2013 en contexto de estudio por fiebre de origen desconocido, en tratamiento antirretroviral regular con atazanavir, emtricitabina y tenofovir. Carga viral indetectable, recuento de CD4 595 células/mm3 (octubre 2016).
♦ Amigdalectomía bilateral en el año 2013.
♦ Apendicectomía en la infancia.
♦ Hábitos:
 • Tabaquista de 20 cigarrillos/día durante 10 años, con abandono del hábito hace 6 años.
 • 
Consumo de alcohol ocasional.
 • 
Niega otros hábitos tóxicos.
 • Niega alergias medicamentosas.
 • Medicación habitual: atazanavir, emtricitabina y tenofovir.

► Antecedentes familiares:
♦ Madre: 62 años, viva, con antecedente de hipertensión arterial.
♦ 
Padre: fallecido, desconoce a qué edad y la causa.
♦ 
Hermanos: 5 vivos, sanos.
♦ 
Hijos: 1 viva sana.

► Examen físico:
♦ Paciente vigil, orientado en tiempo, espacio y persona. Impresiona levemente enfermo. Ictericia cutáneo-mucosa generalizada leve.
♦ Signos vitales: Presión arterial: 120/80 mmHg. Frecuencia cardíaca: 95 latidos por minuto. Frecuencia respiratoria: 16 respiraciones por minuto. Temperatura: 36.1ºC. Saturación de Oal 21%: 99%.
♦ Cabeza y cuello: Normocéfalo, cabello bien implantado. Ojos: conjuntivas yescleras ictéricas. Pupilas isocóricas, reactivas y simétricas. Movimientos oculares extrínsecos conservados. Puntos sinusales negativos. Fosas nasales y conductos auditivos externos permeables, sin secreciones ni epistaxis/otorragia. Cavidad bucal: piezas dentarias completas en regular estado general, lengua central y móvil, mucosas húmedas, orofaringe rosada y sin lesiones, reflejo nauseoso conservado. Cuello: cilíndrico, simétrico, sin soplos carotideos, ingurgitación yugular 2/6, con colapso inspiratorio. No se palpan adenopatías cervicales ni supruclaviculares. No se palpa tiroides. No se observa hipertrofia parotídea.
♦ Tórax: Diámetro anteroposterior conservado, sin cicatrices. Columna sonora, indolora, sin desviaciones.
♦ Aparato cardiovascular: No observo ni palpo latidos patológicos ni frémito. R1 y R2 normofonéticos, no  ausculto soplo, R3 ni R4.
♦ Aparato respiratorio: Respiración costo-abdominal, sin tiraje ni reclutamiento de músculos accesorios. Expansión de bases y vértices conservados. Vibraciones vocales conservadas. Sonoridad pulmonar conservada. Murmullo vesicular conservado, sin ruidos agregados.
♦ Abdomen: Plano,  cicatriz en fosa ilíaca derecha de apendicectomía, sin signos de circulación colateral. Blando, depresible, indoloro. No se palpa visceromegalias. Timpanismo conservado. Ruidos hidroaéreos conservados. Puño percusión lumbar bilateral negativa.
♦ Genitales: Testículos en bolsa. Pene y escroto sin lesiones ni secreciones.
♦ Miembros: Tono, trofismo, sensibilidad, movilidad digital conservados. Pulsos axilares presentes. Pulsos femorales presentes, débiles. Pulsos humerales, radiales, poplíteos y pedios ausentes. Disminución de la temperatura en regiones distales de los miembros superiores e inferiores. Cianosis y palidez de ambos pies y palma de mano derecha, que alterna con palidez (Figuras 1-3). No se palpa adenopatías.
♦ Examen Neurológico: Funciones superiores y pares craneales conservados. Sensibilidad, motilidad y fuerza en los cuatro miembros conservada. Coordinación, marcha y equilibrio conservados. Sin signos de irritación meníngea. Reflejos osteotendinosos conservados. Sin flapping ni rueda dentada. Respuesta flexora plantar bilateral.

Exámenes complementarios:
Laboratorio:
Hematocrito (%)454347.3
Glóbulos blancos (cél/mm3)1460092009420
Plaquetas (cél/mm3)201000134000288000
Glicemia (mg/dL)10582143
Uremia (mg/dL)242629
Creatininemia (mg/dL)0.670.690.79
Na+ (mEq/l)139137136
K+ (mEq/l)4.673.803.50
Cl- (mEq/l)979898
pH7.317.34-
PCO2 (mmHg)49.747.1-
PO2 (mmHg)---
EB (mmol/l)-1.8-0.8-
HCO3 st (mmol/l)2223.5-
HCO3 R (mmol/l)2425.3-
Bilirrubina total (mg/dL)5.374.65-
Bilirrubina directa (mg/dL)0.290.54-
Bilirrubina indirecta (mg/dL)5.084.11-
GOT (UI/L)4048-
GPT(UI/L)3750-
FAL (UI/L)6160-
GGT(UI/L)1936-
Colinesteresa (UI/L)7236--
Amilasa (UI/L)3837-
Proteínas totales (g/L)7.09--
Albúmina (g/L)4.18--
LDH (UI/L)593507573
CPK (UI/L)108924134497
TP/KPTT (segundos)10.2/35--
VES (mm/1° hora)10--
 Orina completa: Color ámbar. Aspecto límpido. pH 6.0, Densidad 1029 [1015 - 1025]. Proteínas 0.88 g/l [0.04 - 0.25]Glucosa 1.29 g/l [0.06 - 0.17], Cuerpos cetónicos 1+ [ND]. Pigmentos biliares 1+ [ND]. Urobilinas 2+ [normal]. Hemoglobina: no detectable. Hematíes: 0 [0 - 2]. Sedimento: leucocitos 2-4 [0 - 5]. Células epiteliales 4-6 [0 - 20]. Piocitos 0 [0 - 0]. Cilindros hialinos 0 [0 - 2]. Mucus ++++. Uratos amorfos +++.
♦ Radiografía de tórax frente y perfil: Índice cardiotorácico impresiona conservado. Sin lesiones pleuroparenquimatosas, senos costofrénicos impresionan libres. (Figuras 4-5).
♦ Radiografía de ambas manos frente y oblicua: No se observa solución de continuidad ósea, ni signos de osteomielitis. (Figuras 6-7).
♦ Radiografía de ambos pies frente y oblicua: No se observa solución de continuidad ósea, ni signos de osteomielitis. (Figuras 8-9).
♦ Laboratorio inmunológico: Factor Reumatoideo cuantitativo: 4 UI / ml [4 - 14]. Cuantificación de C3 126 mg / dl [103 - 145], cuantificación de C4 27 mg / dl [20 - 50]. FAN, Anti ADN y ANCA: Negativos. Crioglobulinas: Negativas.
♦ Serologías virales: Ac anti core total VHB  reactivo. HBsAg no reactivo. Ac HBsAg reactivo. VHC no reactivo.
♦ Perfil lipídico: Colesterol total 150 mg/dL. HDL 44 mg/dL. LDL 69 mg/dL. TAG 169 mg/dL.
♦ Ecodoppler de 4 miembros: Arteriopatía difusa severa de los vasos troncales de miembros inferiores (tibial anterior y posterior). Aumento de espesor, ecogenicidad y refringencia de las paredes de los vasos. Severa disminución del calibre de los vasos distales con flujos monofásicos de baja velocidad.
Se reciben resultados de estudios, y se obtienen nuevos datos que aportan al diagnóstico de la enfermedad actual.
Figuras 1 a 3: Miembros: Manos y pies: cianosis y palidez distal.

 Figuras 4-5: Radiografía de tórax frente y perfil (día 2): Índice cardiotorácico impresiona conservado. Sin lesiones pleuroparenquimatosas, senos costofrénicos libres.
 
Figuras 6-7: Radiografía de ambas manos frente y oblicua (día 2): No se observa solución de continuidad ósea, ni otros hallazgos patológicos.
 
Figuras 8-9: Radiografía de ambos pies frente y oblicua (día 2): No se observa solución de continuidad ósea, ni signos de osteomielitis


La resolución del caso clínico XXXIII
 Evolución:
A su ingreso se indica tratamiento con droga bloqueante de los canales de calcio, terapia antiagregante, antiplaquetaria y se inicia corticoterapia a dosis inmunosupresora, presentando luego de 48 hs. parcial mejoría de la signo-sintomatología. Se realiza arteriografía que no muestra alteraciones.
El paciente refiere al reinterrogatorio dirigido haber consumido un comprimido de ibuprofeno asociado a ergotamina, no mencionado en el momento del ingreso.
  Arteriografía:

 Capilaroscopía: Buen flujo, densidad conservada, sin alteraciones en la arquitectura capilar, hemorragias o cianosis.

► DISCUSIÓN:
Melisa Realini
Luego de la presentación del caso descripto me propongo los siguientes objetivos:
  • Caracterizar el Fenómeno de Raynaud y sus posibles causas.
  • Analizar la importancia del diagnóstico temprano de la enfermedad vascular periférica.
  • Evaluar el riesgo cardiovascular en el paciente HIV.
  • Consideraciones finales.
El término fenómeno de Raynaud (FR) es utilizado para describir los episodios de isquemia digital transitoria caracterizados clínicamente por cambios intermitentes de la coloración cutánea distal, atribuidos a la vasoconstricción de arterias digitales, arteriolas precapilares y shunt arteriovenosos cutáneos.
Clínicamente se describen tres fases cromáticas secuenciales típicas, aunque no siempre están presentes en su totalidad: fase de palidez cérea provocada por vasoconstricción arterial y asociada a parestesias, disestesias, sensación de pinchazos y frío; fase de cianosis producida por la desoxigenación venosa y fase de rubor o hiperemia reactiva que se manifiesta con piel eritematosa y sensación de calor.
Dependiendo del grado del compromiso vascular y de la isquemia tisular puede llegar a producirse ulceración superficial o necrosis tisular. El diagnóstico del fenómeno de Raynaud es clínico y requiere respuesta afirmativa a estas tres preguntas: ¿Sus dedos son sensibles al frío?, ¿Cambian de color cuando los expone al frío?, ¿Se vuelven blancos o azules?
Hay que diferenciarlo de otras arteriopatías funcionales por vasoconstricción, por ejemplo acrocianosis, lívedo reticularis y eritema pernio.
En alrededor del 80% de las personas diagnosticadas de FR no se identifica ninguna causa y se denomina FR primario. Previamente, es imprescindible haber realizado una anamnesis y una exploración física minuciosas que ayuden a descartar todas las etiologías que lo puedan desencadenar y que lo clasifican como FR secundario.
En el FR primario la alteración vascular es principalmente funcional, debido a una alteración endotelial en la que hay un predominio del sistema vasoconstrictor por hiperactividad de sistemas vasoespásticos potentes como el alfa 2 adrenérgico, endotelina 1, tirosincinasa, angiotensina II, y serotonina, coexistiendo con una afectación en los sistemas vasodilatadores, principalmente óxido nítrico y prostaciclina. El FR secundario se caracteriza por crisis más severas y de mayor duración que interfieren con la vida diaria del paciente.
En este caso la vasculopatía estructural predomina sobre la disfunción endotelial, por lo que son evidentes los cambios proliferativos de la íntima y fibrosis de la media y adventicia. También se presentan anormalidades intravasculares, que incluyen activación plaquetaria, fibrinólisis, viscosidad aumentada, y estrés oxidativo.
La distinción entre FR primario y secundario es trascendental, dado que la intensidad de la isquemia digital y, por tanto, el pronóstico y el tratamiento, suelen diferir notablemente entre ambas formas clínicas. Se han propuesto criterios para definir el fenómeno de Raynaud primario (tabla 1), quedando alejado de esta clasificación el paciente por la presencia de asimetría y debilidad en los pulsos periféricos, aunque presente una capilaroscopía y laboratorio inmunológico normal.
Tabla 1. Criterios diagnóstico de fenómeno de Raynoud primario
 Crisis simétricas de palidez o cianosis, desencadenadas por frío o estrés.
• Pulsos periféricos simétricos e intensos.
• Ausencia de lesiones cutáneas que indiquen edema, necrosis o gangrena.
• Capilaroscopía normal.
• Anticuerpos antinucleares negativos.
• Velocidad de eritrosedimentación < 20 mm/1° hora
*Modificado y adaptado de LeRoy  y Medsger
► ¿Cuál es el papel de la capilaroscopía y el laboratorio inmunológico en el fenómeno de Raynaud?
Los anticuerpos antinucleares tienen más interés por su alto valor predictivo negativo de transición a una enfermedad autoinmune, mientras que la visualización de un patrón capilaroscópico normal tiene un valor predictivo positivo del 93% y orienta a que el sujeto tiene un fenómeno de Raynaud primario; en cambio, la visualización de un patrón capilar alterado identifica a un grupo con probabilidad de tener fenómeno de Raynaud secundario y supone un riesgo de transición a enfermedad autoinmune del 47%.
La capilaroscopía periungueal es una técnica sencilla, segura, no invasiva y con una buena relación costo  beneficio que permite el estudio detallado de la microcirculación periungueal in vivo. Además pone de manifiesto el daño microvascular que puede observarse en vasculitis de pequeños vasos. Si bien el paciente presenta laboratorio inmunológico y capilaroscopía normales, no es suficientes en este contexto para descartar causas secundarias.
Son muchas las causas de fenómeno de Raynaud secundario (tabla 2). Inicialmente se descartan causas anatómicas en nuestro paciente, la evaluación clínica y los estudios de laboratorio alejan además síndromes endócrinos, neurológicos o hematológicos.
Tabla 2. Causas de fenómeno de Raynaud secundario
Enfermedades vasculares oclusivasLupus eritematoso sistémico, esclerodermia, síndrome de Sjögren, artritis reumatoidea, enfermedad mixta del tejido conectivo, polimiositis, síndrome CREST, enfermedad de Buerger, aterosclerosis, trombocitosis, vasculitis de células gigantes, arteritis de Takayasu.
FármacosBetabloqueantes, estrógenos, triptanes, ergotamínicos, anticonceptivos, bleomicina, interferón alfa, vinblastina, anfetaminas, ciclosporina, bromocriptina, cisplatino.
InfeccionesHepatitis B y C, ParvovirusMycoplasma.
Síndromes hematológicos, neurológicos, endócrinos y cáncerMieloma múltiple, policitemia, crioglobulinemia, mixedema, hipotiroidismo, feocromocitoma, sarcoidosis, acromegalia, enfermedad de Fabry, enfermedad de Parkinson.
Causas ambientalesTabaco, plomo, alcohol, cocaína, máquinas vibradoras.
Síndromes anatómicosSíndrome del túnel carpiano, robo de la subclavia, costilla cervical.
Teniendo en cuenta que el caso comunicado presenta pulsos ausentes y asimetría en la presión arterial de los miembros y en los fenómenos isquémicos es indispensable la realización de estudios que ayuden a descartar o confirmar daño en arterias de gran y mediano vaso, entre ellos ecografía doppler arterial y arteriografía. Son principalmente 4 las patologías a tener en cuenta en este caso:
- Enfermedad embolica: la enfermedad ateroembólica sistémica, una entidad caracterizada por la obstrucción arteriolar debida a cristales de colesterol que originan distintas manifestaciones clínicas según el órgano afectado. Considero este diagnóstico alejado debido a que no existe el antecedente de un cateterismo endovascular, cirugía vascular o administración de anticoagulación, aunque también se han descrito casos de presentación espontánea.
Además, la aorta abdominal y las arterias iliofemorales son la fuente más común de ateroembolismo, y es rara la afectación de la arteria subclavia, el riñón suele ser el órgano más afectado. Otra entidad a descartar es la endocarditis trombótica no bacteriana, que ocurre entre 3 y 5% de pacientes en estadio SIDA, frecuentemente en aquellos con síndrome wasting. Las vegetaciones endocárdicas friables son usualmente menores de 0,5 cm y están compuestas de plaquetas, fibrina y pocas células inflamatorias. Estas afectan predominantemente el lado izquierdo del corazón y son una causa poco frecuente de embolización sistémica.
- Vasculitis: si bien el paciente presenta un laboratorio inmunológico y arteriografía normales, los cuales alejan la posibilidad de presentar un cuadro de vasculitis, voy a mencionar la panarteritis nodosa por su fuerte asociación con el virus de hepatitis B (hasta 50%), aún en paciente que presentan infección curada. La misma es una inflamación necrotizante, segmentaria y focal de las arterias de pequeño o mediano tamaño, sin glomerulonefritis y sin vasculitis en arteriolas, capilares o vénulas.
- Tromboangeítis obliterante: enfermedad segmentaria, inflamatoria y oclusiva, que afecta de forma predominante a las arterias y venas de mediano y pequeño calibre de las extremidades, principalmente en varones jóvenes fumadores. La fisiopatología se basa en un proceso autoinmune en probable relación con el tabaco, los principales síntomas son el dolor en reposo y la aparición de ulceraciones. Puede afectar miembros superiores, inferiores o ambos. El diagnóstico es principalmente de exclusión, para poder pensar en esta patología es necesario descartar otras causas.
- Aterosclerosis: tanto la propia infección por VIH (inflamación crónica, activación inmunitaria, disfunción endotelial) como el TARGA se han asociado al desarrollo de aterosclerosis subclínica prematura y a una mayor incidencia de episodios cardiovasculares que en la población general
Con respecto a los fármacos que pueden desencadenar fenómenos isquémicos distales debemos hacer especial referencia al ergotismo. La incidencia estimada de ergotismo entre los pacientes que consumen preparados de ergotamina es de 0.01%. La ergotamina es el fármaco más utilizado como automedicación en cefaleas tipo migraña, a pesar de sus múltiples efectos secundarios.
Es un agonista de los receptores alfa adrenérgicos que actúa por vasoconstricción periférica del músculo liso de los vasos sanguíneos y se metaboliza a través del citocromo P-450, fundamentalmente por la isoenzima CYP3A42. Los medicamentos que inhiben el citocromo P-450, entre ellos los inhibidores de proteasa (IP), efavirenz, los macrólidos, los antifúngicos azólicos, antidepresivos pueden elevar la concentración de ergotamina a niveles tóxicos, incluso cuando ésta se administra a bajas dosis.
El efecto tóxico más importante de la co-administración de un IP y los ergotamínicos es el vasoespasmo, que puede afectar cualquier vaso, incluyendo las arterias coronarias y el lecho esplácnico. Lo habitual es que el vasoespasmo afecte los vasos de mediano calibre de las extremidades de manera bilateral, presentando acrocianosis, puede existir incluso disminución o ausencia de pulsos; con palidez, frialdad, dolor y posterior cianosis. Además puede haber bradicardia, hipotensión y rash. Habitualmente el compromiso es simétrico y con preponderancia en miembros inferiores.
El diagnóstico de vasoespasmo se basa en la ecografía doppler arterial y en la arteriografía. Las alteraciones más frecuentemente encontradas en el ultrasonido doppler son el espasmo arterial difuso y la reducción o ausencia del flujo de la vasculatura afectada. Los signos arteriográficos son espasmo vascular bilateral y simétrico, circulación colateral y ausencia de flujo.
El tratamiento consiste en la suspensión de las drogas implicadas, plan de hidratación amplio, vasodilatadores como nifedipina y nitroprusiato de sodio en casos graves. Durante los episodios de vasoespasmo además está recomendado el uso de aspirina y de enoxaparina como tromboprofilaxis.
En el caso en discusión al obtenerse el dato del consumo previo de ergotamina, asociado al uso de  un inhibidor de proteasa, considero al “ergotismo” como el diagnóstico más probable.
Es fundamental la educación de los pacientes que se encuentran bajo tratamiento crónico con fármacos metabolizados a través del citocromo P-450, recordándoles la expresa contraindicación del uso concomitante los derivados ergotamínicos. Además, en este contexto, se debería reforzar las medidas de prevención de los factores de riesgo cardiovasculares modificables debido a que estamos frente a una población que de por sí presenta un riesgo más  elevado de eventos.
Quisiéramos destacar que la historia clínica es un elemento dinámico e irreemplazable en el proceso de razonamiento diagnóstico. Se puede apreciar en este caso la importancia de realizar en forma repetida la búsqueda de nuevos datos tanto en el interrogatorio como en el examen físico, en especial cuando no se encuentran causas evidentes que expliquen la patología actual del paciente en cuestión.